La malaria es una enfermedad infecciosa febril aguda causada por protozoos transmitidos por el mosquito Anopheles hembra infectado. Cualquiera puede contraer malaria. Las personas que han tenido múltiples episodios de paludismo pueden alcanzar un estado de inmunidad parcial, con pocos o ningún síntoma. Si no se trata correctamente, la enfermedad puede llevar a la muerte, sin embargo, afortunadamente su tratamiento es sencillo, eficaz y gratuito.
Medidas de protección individual
Las medidas de protección individual tienen como principal objetivo reducir la posibilidad de ser picado por el mosquito transmisor. A continuación se muestra una lista de ellos:
– Utilizar cortinas y mosquiteros, preferiblemente impregnados con insecticidas de acción prolongada, sobre la cama o mosquitero. Además de ser una medida de protección individual, tiene un efecto de control de vectores cuando es utilizada por la mayoría de la comunidad involucrada.
– Utilice mosquiteros en puertas y ventanas y, donde esté disponible, aire acondicionado.
– Evitar acudir a lugares cercanos a los criaderos naturales de mosquitos, como riberas de ríos o zonas inundadas al final de la tarde hasta la madrugada, porque en estos horarios hay mayor circulación de transmisores.
– Minimice las áreas del cuerpo descubiertas donde el mosquito pueda picar lo menos posible usando pantalones y camisas de manga larga de colores claros.
– Utilizar repelentes a base de DEET (N-N-dietilmetatoluamida) o icaridina en las partes del cuerpo descubiertas. Esto también se puede aplicar a la ropa. El uso debe seguir las instrucciones del fabricante en relación con el grupo de edad y la frecuencia de aplicación.
¿Cuáles son los síntomas de la malaria?
Fiebre alta;
Escalofríos;
temblores;
Transpiración;
Dolor de cabeza, que puede ocurrir cíclicamente.
Muchas personas, antes de presentar estas manifestaciones más características, sienten náuseas, vómitos, cansancio y falta de apetito.
Tratamiento
El tratamiento de la malaria tiene como objetivo eliminar el parásito del torrente sanguíneo del individuo lo más rápido posible y debe iniciarse lo antes posible después del diagnóstico. El tratamiento inmediato con un antipalúdico, hasta 24 horas después del inicio de la fiebre, es fundamental para prevenir complicaciones. Si la prueba diagnóstica no es accesible dentro de las dos primeras horas de atención, se debe administrar tratamiento antipalúdico de acuerdo con el estado clínico y epidemiológico del paciente.
La OMS recomienda terapias combinadas basadas en artemisinina (ACT) para el tratamiento de la malaria causada por el parásito P. falciparum. La combinación de dos ingredientes activos con diferentes mecanismos de acción hace que los ACT sean los antipalúdicos más efectivos disponibles.
La artemisinina y sus derivados no pueden utilizarse como monoterapia oral. Las formulaciones a dosis fija (combinación de dos principios activos diferentes en un solo comprimido) son más recomendables que el uso de múltiples comprimidos o cápsulas, ya que facilitan la adherencia al tratamiento.
Las infecciones por P. vivax deben tratarse con cloroquina en áreas donde el fármaco aún es eficaz, como la mayor parte de Brasil, combinada con primaquina para eliminar las formas hepáticas latentes. En áreas resistentes a la cloroquina se debe utilizar un ACT combinado con otro de vida media larga.
El tratamiento para la malaria grave consiste en artesunato inyectable (por vía intramuscular o intravenosa), seguido de un tratamiento basado en ACT tan pronto como el paciente pueda tomar medicamentos orales. Si el tratamiento inyectable no es posible, el paciente debe recibir inmediatamente artesunato por vía intrarrectal y ser derivado lo antes posible a un lugar adecuado para el tratamiento parenteral completo.
La OMS recomienda que los programas nacionales de control de la malaria vigilen periódicamente la eficacia de los medicamentos.
¿Cómo se diagnostica la malaria?
El diagnóstico correcto de la infección palúdica solo es posible demostrando el parásito o los antígenos relacionados en la sangre del paciente mediante los métodos de diagnóstico que se especifican a continuación:
-Gota gruesa
Es el método adoptado oficialmente en Brasil para el diagnóstico de la malaria. Incluso después de los avances en las técnicas de diagnóstico, esta prueba sigue siendo un método simple, efectivo, de bajo costo y fácil de realizar. Cuando se ejecuta correctamente, es considerado el estándar de oro por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Su técnica se basa en la visualización del parásito a través de microscopía óptica, previa tinción con colorante vital (azul de metileno y Giemsa), permitiendo la diferenciación específica de los parásitos, a partir del análisis de su morfología, y sus estados de desarrollo encontrados en el sangre.
La determinación de la densidad parasitaria, útil para la evaluación pronóstica, debe realizarse en todo paciente con paludismo, especialmente en pacientes con P. falciparum. Mediante esta técnica es posible detectar otros hemoparásitos, como Trypanosoma sp. y microfilarias.
-Gota fina
Tiene baja sensibilidad (se estima que la gota gruesa es unas 30 veces más eficaz para detectar la infección palúdica). Sin embargo, este método permite, con mayor facilidad, la diferenciación específica de los parásitos a partir del análisis de su morfología y de los cambios que provocan en el eritrocito infectado.
-Pruebas rápidas
Pruebas rápidas para la detección de componentes antigénicos de Plasmodium: las pruebas inmunocromatográficas representan nuevos métodos de diagnóstico rápido de la malaria.
Se realizan sobre tiras de nitrocelulosa que contienen anticuerpos monoclonales contra antígenos específicos del parásito. En casos de parasitemia mayor a 100 parásitos/μL, puede tener una sensibilidad del 95% o más en comparación con la gota gruesa.
La mayoría de las pruebas disponibles en la actualidad discriminan específicamente a P. falciparum de otras especies. Por su practicidad y facilidad de ejecución, son útiles para la confirmación diagnóstica, sin embargo, su uso debe restringirse a situaciones donde no es posible realizar el examen de gota gruesa por un microscopista certificado con monitoreo de desempeño, como áreas distantes y difíciles. acceso a servicios de salud y áreas de baja incidencia de enfermedades.
Estas pruebas no evalúan la densidad parasitaria ni la presencia de otros hemoparásitos y no deben utilizarse para el control de la cura, debido a la posible persistencia de partes del parásito después del tratamiento, dando lugar a un resultado falso positivo.
La calidad diagnóstica de una prueba de diagnóstico rápido (PDR) depende de la experiencia del examinador y del cuidado con el que se prepara e interpreta. El rendimiento y la precisión de los TDR pueden verse afectados por una serie de factores, como problemas de fabricación de pruebas, condiciones de almacenamiento y envío, competencia y rendimiento del manipulador.
Actualmente, el Programa Nacional de Prevención y Control de la Malaria (PNCM) utiliza para el diagnóstico de la malaria el SD-BIOLINE MALARIA AG Pf/Pf/Pv, que es una prueba combinada que funciona con el HRP-II y pLDH de P. falciparum y pLDH de P. .vivax. Ofrece sensibilidad para P. falciparum HRP-II del 100%, P. falciparum pLDH del 99,7% y P. vivax del 98,2% y especificidad del 99,3%. Se puede acceder a la guía sobre esta prueba rápida para el diagnóstico de la malaria aquí.
Para la prueba, el tratamiento e incluso la prevención, es necesario que el profesional use guantes y EPP apropiados, ya que de lo contrario puede ser contaminado por el paciente infectado. También es importante para el paciente, porque si el profesional tiene alguna enfermedad contagiosa, estará protegido.