La sepsis es una infección generalizada, es decir, un conjunto de infecciones graves en todo el cuerpo, que pueden provocar insuficiencia orgánica múltiple.
En algunos casos, esta infección no afecta a todo el organismo, sino a un solo órgano. En respuesta a esta infección, el cuerpo provoca una inflamación generalizada en un intento de combatir el agente infeccioso, caracterizando la sepsis y perjudicando el funcionamiento de los otros órganos.
Cualquiera puede desarrollar sepsis, pero el grupo de riesgo incluye a bebés prematuros, ancianos, personas con enfermedades como cáncer, insuficiencia cardíaca y diabetes.
Los números son impresionantes
Según información del Instituto Latinoamericano de Sepsis, la mortalidad en UCI por sepsis en Brasil es mayor que en países como India y Argentina. La sepsis es responsable de aproximadamente el 25% de las ocupaciones en camas de UCI en el país, y aproximadamente el 55% de estos pacientes mueren.
El número de muertes por sepsis por año en Brasil puede llegar a más de 230 mil, superando el infarto de miocardio y el cáncer. En comparación, la mortalidad promedio mundial por sepsis es de alrededor de 30 a 40%, lo que muestra la grave situación de la enfermedad en Brasil.
La sepsis ocurre con mayor frecuencia en hospitales, en pacientes que reciben tratamiento con antibióticos o catéteres y tubos.
¿Cómo pueden los hospitales reducir el riesgo de sepsis?
Una higiene adecuada es fundamental para prevenir la proliferación de hongos, bacterias y virus que pueden provocar infecciones. Por tanto, los hospitales pueden:
- Crear campañas de concienciación sobre higiene para todo el personal interno (médicos, enfermeras y otros empleados), así como para visitantes y pacientes;
- Establecer protocolos rápidos de diagnóstico y atención de casos sospechosos;
- Monitorear los casos en sus propias UCI, con el objetivo de hacer los ajustes necesarios para reducir las ocurrencias;
Además, contar con el equipamiento adecuado (cánulas, catéteres, sueros, antibióticos, adrenalina, entre otros) es fundamental para atender a los pacientes con sepsis. Sin embargo, aún más importante que el tratamiento, es evitar la enfermedad.
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El uso adecuado de guantes es fundamental para que no haya contaminación cruzada entre profesionales y pacientes. Contar con un equipo bien capacitado, responsable y consciente de la importancia del uso correcto de guantes y protocolos de higiene de manos, marca la diferencia en la reducción del número de pacientes con sepsis en los hospitales.
Tener materiales de calidad es otra forma eficaz de prevenir la sepsis en el entorno hospitalario. Los guantes de alta calidad tienen menos probabilidades de sufrir roturas y pinchazos, creando una barrera protectora más resistente entre el profesional y el paciente.
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Los guantes Nuzone X2 están hechos de caucho sintético de neopreno, sin látex, estériles y ofrecen a los profesionales de la salud una excelente barrera contra los microorganismos. Son más resistentes y cómodos en la práctica quirúrgica, sin embargo, se pueden utilizar en otros procedimientos hospitalarios, cuando sea necesario. Los guantes de neopreno son muy recomendables para usuarios alérgicos al látex. El guante quirúrgico Nuzone X2 garantiza un tacto suave y una alta sensibilidad táctil para garantizar la precisión en la manipulación de instrumentos y equipos.
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Fuentes: Dr. Drauzio Varella Saúde Abril ILAS